
Según los informes, la reina Elizabeth II se abstiene de estrechar la mano de personas en eventos oficiales, después del brote de coronavirus.
La monarca de 93 años decidió continuar con sus compromisos reales en el Reino Unido, a pesar de las conversaciones sobre el país encerrado con la esperanza de contener el virus, pero está evitando ponerse en riesgo innecesario al limitar la cantidad de contacto físico que tiene con miembros del público.